En nuestro centro, tenemos una media de 8 visitas con un paciente antes de darle de alta.
- ¿Cómo? ¿Es eso posible? ¿No estás años removiendo su pasado y llegando al origen de la cuestión para solucionar lo que le pasa?
En realidad, no. Si después de 8 sesiones no hemos logrado algún movimiento, dudamos de poder hacerlo. Existen estudios que respaldan la idea de que más visitas no siempre se traducen en un mayor cambio.
- ¿Y funciona?¿La gente mejora?
Sí, desde mi perspectiva, la terapia es como un empujón.
Imagina que conduces un 4x4 por un camino de barro en la montaña. Has avanzado bastante cuando, de repente, te quedas atascado. No puedes avanzar y cuanto más aceleras, más te hundes.
En ese punto, la Terapia Breve entra en escena como el impulso necesario. Coloca 'una madera' en la rueda para ganar inercia y superar el problema. Pero ten en cuenta, que has llegado hasta aquí por tus propios medios, y a partir de este momento, la responsabilidad vuelve a ser tuya.
La Terapia Breve no busca crear dependencia, sino ofrecer ayuda en un momento específico en el que podrías haberte quedado sin recursos.
Es simplemente un empujón.